lunes, 2 de diciembre de 2013

La espera.

Erase una vez un niño que vivía en el patio de la casa de su abuela, todos los días se asomaba por la alcantarilla para ver si habían cocodrilos, vivía con un peluche que se llamaba Robin, éste tenía una enfermedad que le impedía moverse y además, hablaba en lenguaje mudo. Pero el niño entendía todo lo que él decía. Un día, el niño envió a Robin a las alcantarillas para que encontrara al cocodrilo. El niño esperó y esperó cerca de la alcantarilla. Pasaron días, años, y el muñeco no volvía, el niño se estaba haciendo grande, y de repente, un día, unas lluvias torrenciales hicieron que el nivel del agua en el patio subieran tanto que el pobre de Robin salió del sumidero, el niño se alegró muchísimo de verlo, pues hacía mucho tiempo que le esperaba, pero enseguida notó una mirada de miedo en el peluche, parecía preocupado, el niño le preguntó '¿Qué te pasa Robin?' y Robin, en su lenguaje mudo, le contestó que tenía miedo del cocodrilo. Entonces el niño se giró en el agua y vio que... ¡un cocodrilo había salido de la alcantarilla!
Con Robin en un brazo empezó a nadar hacia el almacén, para escapar de aquél patio en el que una muerte segura le aguardaría si se quedaba. Rápido perdió de vista al cocodrilo, pero la corriente le arrastraba incontroladamente por las calles. Truenos y relámpagos caían, pero ¡de repente todo ese mal tiempo se esfumó! ¡el sol salió! y el niño se quedó con su peluche en el brazo, en la puerta del colegio, esperando a que sus padres fueran a recogerle.

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