Me consumo en mi mismo, escribiendo sobre mi, sobre mi, sobre mil cosas mías. Mintiéndome, mintiéndote sobre mentiras, metiendo la pata. Matando al tiempo. Moliendo a palos la sociedad. Matando al mal. Muriendo solo. Acompañado por mis pensares, por mis penas.
Pero no estoy loco por hacerlo, estoy cuerdo, aunque ya no me acuerdo de como empezó todo.
Aunque tampoco seré consciente del final. Aunque ni siquiera el proceso sea claro, aunque viva en una vida borrosa.
Aunque no haga más que pensar sobre lo que hay en mi cerebro.
Sobre lo que llega a mi cerebro.
Desde todas partes llega información a mi cerebro.
Y yo sólo soy un escritor circunstancial.
Soy normal, lucho contra el mal y me indigna el criminal.
Mi arma es un teclado, y mi alma está en pecado.
Las rimas viven para desvivirme en ellas.
Ellas son mi compañía verdadera, estoy con un trozo de mí, escrito.
Y yo soy un trozo de todo lo demás.
Y todo lo demás son las personas que conozco, mis rimas sois vosotros.
No estoy solo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario